Palabras Señor Ministro de Justicia y del Derecho
Notaria 65 de Bogotá
Martes 9 de junio de 2015
Lanzamiento Decreto 1227 de 2015
“Los seres humanos no nacen para siempre el día que sus madres los alumbran: la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez, a modelarse, a transformarse, a interrogarse (a veces sin respuesta) a preguntarse para qué diablos han llegado a la tierra y qué deben hacer en ella”.
Así se refirió nuestro Nobel, Gabriel García Márquez,sobre el complejo asunto de la identidad humana. El proceso de auto-definición es un aspecto que ocupa gran parte de nuestras vidas. Resulta arduo, agotador y muchas veces sin respuesta. Cada quien se cuestiona a sí mismo para alcanzar la versión que mejor responde a quien quiere ser. ¿Cuál es el papel que debe jugar el Estado en este asunto?
Por mucho tiempo el Estado colombiano ha acompañado visiones restrictivas de la condición humana. Se planteó un único formato para vivir la vida, para actuar consigo mismo y con los demás. La introducción de la Constitución de 1991 implicó la apertura del Estado, quien parecía por fin entender que los seres humanos somos, por esencia, diferentes. Así, la Carta Política garantizó la igualdad, independientemente de la manera en que cada persona se aproxima a la vida, a la espiritualidad y a las relaciones con sus congéneres.
Este texto constitucional consagró la obligación de todos los funcionarios públicos de materializar esta promesa formal; de hacerla trascender más allá del papel. Se inició entonces un camino sinuoso, que no concluimos aún, para reconocer los derechos fundamentales de la población LGBTI. Se ha reconocido su derecho a la unión marital de hecho, la afiliación a la seguridad social, afectación a la vivienda familiar, a los alimentos, a ser llamado como tutor o curador, al subsidio familiar, a adquirir la nacionalidad de la pareja, a la protección contra la violencia familiar, a la asistencia en caso de desplazamiento forzado, entre muchísimos otros. Falta mucho camino por recorrer y ese compromiso lo reiteramos el día de hoy.
Un estamento de la comunidad LGBTI que se ha visto especialmente relegada es la comunidad Trans, quien se ha visto sometida por mucho tiempo al rechazo y desconocimiento del ordenamiento jurídico y de la sociedad. El Decreto 1227 de 2015 es un paso más para reconocer una sociedad igualitaria: para cumplir esa promesa de la Constitución consistente en que cada persona pueda desarrollar su vida de acuerdo a la construcción que realice de su identidad.
Durante un largo periodo, quizá demasiado, el Estado no ha garantizado materialmente los derechos de la población transgénero. Es más, en ocasiones se han creado barreras para que el sistema jurídico pueda reconocer formalmente el género al que pertenecen, de acuerdo con su definición de la identidad sexual. Una de esas barreras era tener que acudir a una vía judicial para ajustar el componente sexo de su registro civil.
Esa exigencia judicial resultaba absurda: las personas trans debían someterse a pruebas que eran invasivas: un certificado médico de una intervención quirúrgica de cambio de sexo o un dictamen psiquiátrico de disforia de género. Ambas pruebas implicaban considerar el transgenerismo una anormalidad.
Ahora, con el Decreto 1227, las personas simplemente acudirán a un notario, como cuando se cambia el nombre. En este trámite NO se podrá exigir pruebas distintas a la declaración juramentada del solicitante. En esa declaración basta indicar la voluntad de corregir el componente sexo. Nada más y nada menos.
Así entonces, este Gobierno realiza un avance histórico: ha decidido levantar esa barrera (a veces infranqueable) para que la población trans pueda tener una cédula de ciudadanía que refleje su identidad sexual. Hoy, por primera vez, cinco mujeres y cinco hombres trans podrán modificar su componente sexo con un trámite ágil y expedito. Hoy, por primera vez, un notario expedirá una escritura pública para modificar el género de los documentos de identidad de estas valerosas personas. Hoy, por primera vez, las normas que regulan el Estado Civil se aplicarán para garantizar la justicia material a la población transgénero. Hoy, por primera vez en mucho tiempo, se les cumple la promesa a diez ciudadanos a vivir legalmente de acuerdo con su proceso de transformación y construcción personal, como diría nuestro Nobel.