COLOMBIA DIVERSA presenta el informe “Del amor y otras condenas: personas lesbianas, gay, bisexuales y personas trans (LGBT) en las cárceles de Colombia, 2013-2014”. Esta investigación analizó la violencia y la discriminación de personas LGBT que viven en 47 cárceles del país. Muestra las dificultades de la visita íntima para parejas LGBT y presenta recomendaciones al Gobierno Nacional. El evento se realizará el miércoles 17 de junio a las 7:00 p.m. en la Cinemateca Distrital (Carrera 7 # 22 - 79), en el marco del Ciclo Rosa.
El informe hace un análisis sobre la población LGBT en las cárceles que sigue siendo cuestionada, discriminada y violentada. Algunos de los principales hallazgos del informe son:
1. Según un censo realizado por el INPEC, el número promedio de personas LGBT privadas de la libertad es de 800. Esta información tiene graves problemas metodológicos, pero son los únicos datos disponibles.
2. La discriminación se manifiesta en distintas situaciones: 1) estereotipos del INPEC relacionados con la sexualidad, orientación sexual e identidad de género; 2) sanciones disciplinarias por manifestaciones públicas de afecto entre personas LGBT; 3) prohibición de las relaciones de parejas de población LGBT; 4) estigmatización de personas LGBT que viven con VIH junto con problemas de acceso a medicamentos y confidencialidad. Esto se agrava con la situación de hacinamiento, ingobernabilidad y corrupción de las cárceles.
3. Las personas LGBT siguen siendo víctimas de violencia física y verbal. Sin embargo, el subregistro es muy alto y sólo el 0.4% denunciaron hechos de violencia en 2013 y 2014.
4. La visita íntima es un derecho de papel que no se garantiza plenamente en la práctica. El 87 % de las cárceles no tienen un lugar destinado para la visita íntima. Este derecho fue reconocido por la Corte Constitucional en el año 2003, pero en ninguna de las cárceles se garantiza debidamente. “Incluso las manifestaciones de afecto, como besos y abrazos, siguen siendo sancionadas, incluso con celda de aislamiento, lo cual es un castigo ilegal que demuestra el prejuicio contra las personas LGBT”, señala Mauricio Albarracín, Director Ejecutivo de Colombia Diversa.
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