En el marco de la campaña "Comparte tu unión", impulsada para celebrar el quinto aniversario de la sentencia C-075, a través de la cual la Corte Constitucional reconoció el derecho a declarar la unión marital de hecho y los derechos patrimoniales para parejas del mismo sexo, hemos recibido nuestra primera historia de unión entre dos mujeres. Recuerda que puedes enviar tu foto y/o tu historia a compartetuunion@colombiadiversa.org.
HISTORIA "ELLA Y ELLA: NOSOTRAS"
Mujeres comprometidas por elevar las causas de las comunidad LGBTI, enamoradas de los proyectos de vida de cada una decidimos realizar la unión marital de hecho; única figura jurídica en Colombia que nos permite nombrarnos pareja e igualar garantías y derechos de pareja a los de los heterosexuales. Somos dos mujeres que nos amamos y construimos familia desde una apuesta solidaria desde nuestras luchas individuales por el reconocimiento de nuestros derechos como ciudadanas y lesbianas.
Nuestra historia transita en esta ciudad como una historia de amor, de proyectos juntas, de vacaciones, de luchas, de frustraciones, de alegrías pero especialmente de no permitir que la discriminación por la que hay lugar al ser lesbianas en una sociedad homofóbica y patriarcal no coarte nuestros sueños de libertad, autonomía y felicidad.
Haber legalizado nuestra relación ante un Notario como unión marital de hecho nos ha permitido afectar nuestro patrimonio como propiedad familiar, lo que lo hace inembargable, afiliar a la mama de mi pareja a un seguro funerario, ingresar como pareja a los servicios médicos de cada una a tiene, contar con servicios financieros para las dos y en general acceder a todos los derechos que las parejas heterosexuales en unión libre tienen. Vivir sin miedo, nombrarnos y no permitir extorsiones ni discriminación alguna por nuestra condición; sentirnos orgullosas de ser lesbianas y ser pareja.
Es importante saber que tenemos los mismos derechos pero más importante aún hacer uso de ellos pues solo así la sociedad poco a poco va cambiando sus imaginarios y reconoce nuestra coexistencia.
Juntas exigimos cada vez que tenemos oportunidad, se nos trate como pareja, no como amigas y dentro de nuestros círculos más cercanos ya somos reconocidas y amadas como una familia.
Tenemos un hijo que se siente orgulloso de nosotras no solo por ser lesbianas si no por lo que somos como familias. Se siente amado y respaldado; y lo manifiesta a sus amigos, sus compañeros de Universidad, de trabajo, a la Corte Constitucional e inclusive a los medios de comunicación.
Adriana González y Marcela Rojas
